El paro en España alcanzó en Abril casi los 5 Millones de afectados, hoy me voy a centrar en una de las historias que viven estas personas sin empleo. Y es que llevo tiempo viviendo la historia de Javier, 43 años padre de familia, es una amigo de la familia, él como muchos de los parados en España tiene una hipoteca que pagar, dos niñas a las que criar, lleva un año buscando trabajo y no pone pegas, quiere un trabajo en lo que sea, pero no encuentra nada.
Viendo que no encontraba un trabajo para salir adelante decidió emigrar como nuestros antepasados a Alemania, allí buscaría empleo. Pero no más allá de la realidad, la burocracia le hace volver a solucionar unos problemas cuando ya estaba a punto de firmar un contrato, cuando regresa no tiene nada, ese contrato se había esfumado. Regresa de nuevo a España, con un contrato apalabrado en Alemania y le llaman desde Suiza para un trabajo de mayor categoría, decide ir allí, cuando llega se da cuenta que lo han dejado colgado, tiene que vivir en bidones, como en los asperones o cualquier aldea marginal. Allí se ve rodeado de
Polacos, Checos, Turcos, Bielorrusos, gente de calle, todo esta hecho una pocilga, con miedo pasa allí el tiempo que puede, cuenta que “cuando salía de mi bidón agarraba la mochila, era la único que tenía y no confiaba en nadie”. El único trabajo que encuentra es de 800€, con ello tiene que pagar 500€ de hipoteca y 300€ por vivir en esos bidones, como es normal no le queda nada para vivir allí, así que sin pensarlo, “no me quedaba otra, mis ahorros se me esfumaban”, decide volver.
Javier es una persona que lo da todo por su familia y amigos que siempre ha destacado por sus ganas de vivir, hoy ha perdido la esperanza y ya no cree en nada, solo quiere un trabajo que hoy en día, quizás, es pedir mucho. Él está dispuesto a todo, pero hoy es un ser hundido y sin esperanza, después de tanto luchar y no ser recompensado, ve como la vida le castiga y no le da lo que sin duda él se merece.
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