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20 dic 2012

Duelo ibérico


Oporto-Málaga// Octavos de final
Martín Aguilar: “Nos vamos a enfrentar al mejor equipo de la Champions”

Poco antes de las 12 de la mañana el malaguismo se paraba ante el televisor para presenciar el histórico sorteo de octavos de final de la Champions league, hubo que esperar para ver la bola del Málaga abrirse, tardó tanto en salir el conjunto malaguista que cuando salió el papelito con nuestro nombre ya sabíamos que no quedaba otro rival que el Oporto.  Poco tardamos para ver a Martín Aguilar atendiendo a las cámaras del “canal +” y dejando claro a Mónica Marchante que no era ni el rival deseado ni el esperado, probablemente en mente del directivo blanquiazul estaría un reencuentro con Cazorla, una visita a Glasgow o un caramelo jugoso como era el Galatasaray. Pero “nos vamos a enfrentar al mejor equipo de la Champions” declaró Martín Aguilar. Sin arrugarse dejó claro que confiaba en pasar la eliminatoria y esperaba reencontrarse con la bella ciudad de Mónaco en el próximo sorteo de la Champions League.

Pues bien, sin ánimos de dármela de experto vamos a analizar al Oporto, y vamos a comprobar el porqué de la afirmación de Francisco Martín Aguilar.

El Oporto ha realizado una primera fase de escándalo, se mantuvo líder y con opciones de ser primero de su grupo hasta la última jornada, no lo fue porque se topó ante el multimillonario equipo francés que preside “nuestro primo” Qatarí. El conjunto portugués ganó 4 de sus 6 partidos en la fase de grupos y no conoció la derrota hasta la última jornada en “le Parc des Princes” frente al PSG, sólo el frío Ukraniano consiguió frenar al Oporto de cara al gol que le privó de la victoria ante el Dinamo de Kiev, consiguiendo allí su único empate. El Oporto acabó la primera fase con 13 puntos (uno más que el Málaga), 10 goles a favor y tan sólo 4 en contra. Desplegó un gran fútbol ofensivo más que eficaz en casa, dónde anotó 7 de sus 10 tantos a favor, y mostró gran seriedad defensiva tanto en casa como a domicilio ya que el PSG fue el único capaz de marcarle gol a los portugueses lejos de la península ibérica. Todo esto convirtió al Oporto en el mejor segundo de la liguilla superando  hasta 4 primeros de grupo e igualando a otros 2 en puntos, tan sólo consiguieron superarles su rival el PSG y el Borussia de Dorm0und. No obstante en frente tendrá al equipo revelación de esta “Champions”, nuestro Málaga que acabó líder de un grupo en el que se enfrentaba ante el siempre eterno Milan, y el temible millonario Zenit, con 12 puntos, 12 goles a favor y 5 en contra. Octavos nos reparará cuanto menos una eliminatoria bonita e igualada que esperemos que se lleve el conjunto andaluz.

Claves de la eliminatoria
Si queremos ver a nuestro equipo en el bombo para el sorteo de cuartos, necesitaremos que el Málaga muestre la mejor cara de este año, necesitaremos frescura en ataque y un plus de agresividad tanto en el centro de campo como en la zaga.

El Oporto es un equipo que no se encierra atrás, que se siente a gusto atacando y corriendo a la contra, está jugando con un 4-3-3 dónde es primordial Moutinho, sería importante contar con Toulalan para hacernos con el medio del campo, aunque si Iturra y Camacho siguen rindiendo al nivel que están teniendo hasta ahora nos sería suficiente. Si juega el chileno tendrá que ahogar la salida del balón de Moutinho no dejándole jugar. De vital importancia que Monreal y Gámez estén a su mejor nivel, el Oporto es un equipo que sabe explotar las bandas con sus extremos. Primordial que no se cometan errores en defensa y que Demichelis se anticipe a todas, sabiendo que tendrá la espalda cubierta con el gran Weligton, ambos tendrán que frenar a la pareja colombiana, Jackson Martínez y James rodríguez, que aunque parecía imposible han conseguido hacer olvidar a Hulk y al gran Falcao.

Aunque hagamos todo bien en defensa el conjunto luso tendrá algunas ocasiones claras por lo que necesitaremos al Santo Caballero sacando sus grandes manos.

Hasta aquí el apartado defensivo, ahora veremos como hacer daño a “los dragones azules”.  El Oporto es un conjunto que repliega rápido en defensa, tras la salida de Bruno Alves su principal fuerte en la zaga es el argentino Otamendi, pese a su baja estatura va muy bien por alto. Si el Málaga quiere hacer gol tendrá que estar vivo en ataque, Joaquín tendrá que ser explosivo, Eliseu deberá más que nunca saber elegir sus opciones, romper en velocidad o saber combinar con Isco. Por lo que he visto jugar al Oporto no suele bajar su nivel notablemente, pero seguramente Isco consiga algo de libertad durante unos minutos, ese periodo será fundamental para crear ocasiones claras de gol, dónde Saviola tendrá que estar más vivo que nunca y hacer daño a la defensa con desmarques de rupturas. Probablemente la vía más rápida para hacerle gol al Oporto sea que Helton, un gran portero cuando está bien pero un portero flojo cuando está mal, tenga uno de sus malos días. Así que en esta eliminatoria apremia más que nunca golpear a puerta, ahí tanto Isco como Eliseu tendrán que destacar. A Helton hay que ponerlo a prueba. Sería interesante recuperar a Julio Baptista y ganar músculo ante un rival fuerte. Esperemos que la bestia esté al 100%.

Después de desvelar un poco las claves de esta fase sólo queda esperar a Febrero y disfrutar de una linda e histórica eliminatoria. Desde aquí animo a todos los malaguistas a ahorrar dinero y viajar con el equipo al país vecino. Oporto será albiceleste. Suerte Málaga.

Alberto Ortiz García
20/12/2012

17 dic 2012

La estrella de los sueños


Sin querer dar la vuelta hacia la estrella en la que se guardan los sueños, camino siempre en círculos sobre el mismo punto de mi camino, no sé si marchar hacia adelante o si volver a luchar por lo que quiero en el pasado.
Aprender a avanzar sin dejar de mirar atrás es la tarea más difícil en esta vida. Cuesta tanto lograr tan poco que luego cuando pasa no quieres desprenderte de lo vivido.

Si vienes y me pides poner final a esta historia que aún estaba decidiendo si empezar, que no te olvide pero que hasta aquí llegó, que ahora no puede ser, que no es el momento, que necesitaría más de lo que darías, que supuso más para mí de lo que debía y que haga un esfuerzo en entenderte… entonces decides todo lo que pasó, lo que pasa y lo que debe pasar, no me ha dado tiempo a pararme y pensar que es lo que realmente podría pasar, y qué quería que pasase, directamente me encuentro con un “lo que pasará”.

Teniendo ese “pasará” en mis manos, llega el momento de pararme y pensar, valorar y opinar, darme cuenta de que aquí ha ocurrido algo extraño. En los últimos años he aprendido a dejarme llevar y a luchar por disfrutar del momento, de no quedarme quieto y darle vida a mis relaciones para que no mueran solas, y ahora me frenas, me dices que no puedo luchar, que aquí no puede haber nada ahora.

Hablas sin parar para autoconvencerte de que es lo correcto, creo que el pasado te agarra para no andar este camino, creo que el miedo no te deja ver que existe un aquí y ahora por vivir, que no te permite descubrir estos momentos de risas, lágrimas, sonrisas, caricias y sueños. Quizás pienses que no ha pasado lo suficiente pero ya añoro lo que podría estar pasando… echo de más esas noches vacías de compañía, echo de menos verte dormida.

Las relaciones son un salto al vacío, un acto de fe, de ahí viene la expresión lanzarse. Mi consejo es: Déjate llevar.

Alberto Ortiz
17/12/12

4 dic 2012

El color de mi locura

El color de mi locura
Yo y mi bendita locura de no querer acabar las historias.

¿Esta mal dejarse llevar? ¿Tener locura momentánea? ¿Sonreír incrédulo cuando ves a escasos metros un ángel pasar? ¿Creer que puedes acercarte a él?

Cuando paseas despreocupado por las calles de una ciudad que no es la tuya queriendo ignorar todo aquello que tantos años venías arrastrando, cuando consigues que no te importe por unos segundos nada de esos problemas que te agobian a diario, cuando tienes a dos buenos amigos a tu lado, cuando todo parece positivo, algo bueno puede pasar. Y así fue en el verano del  2012 pasó, sí, pasó por mi lado para detenerse un segundo y cruzar nuestras miradas, una sonrisa e irse. Suficiente, poco pero intenso, fuerte como una quemadura que se queda marcada. Si a ello le sumas que el destino te da un achuchón más, se puede considerar que has tenido suerte. Quizás unas líneas adelante puedas encontrar ese ángel de nuevo.

Una noche cualquiera, de esas en las que te das cuenta de que se acaba un día y eres un poquito más mayor, en la que filosofeas o hablas con la almohada, como queráis llamarlo, te das cuenta de que no estás lleno, que más bien estás prácticamente vacío, notas que falta alguien a tu lado que pueda darte eso que otras personas que te dan mucho no pueden darte. Te encierras en tu cabeza, abres las puertas a un mundo paralelo en el que nadie más que tú puede pasar, dónde nadie puede saber que te pasa, dónde nadie puede ver la tristeza que hay en ti, dónde a veces te planteas el por dónde estás llevando tu vida y por dónde quieres encauzarla, y si realmente estás haciendo lo que quieres, o estás haciendo lo correcto para lograr tus objetivos. Da igual si derramas unas lágrimas nadie te ve, estás sólo tú, te desahogas aunque por momentos parece que realmente te estás asfixiando tu mismo, descubres que algo tienes que cambiar pero no sabes qué, es dura esa sensación pero sopórtala porque aunque parezcas que sólo te pasa a ti, en cualquier continente,  país, ciudad e incluso barrio hay otra persona que está pasando exactamente por lo mismo que tú, sólo podrás ayudarte haciéndote más fuerte, ya que tu propia fuerza es la que te llevará a conseguir lo que necesitas, pero ojo, ten cuidado esa misma fuerza puede acabar contigo sino sabes controlarla. Nadie dijo que sería fácil.

Una mañana más, en la que te despiertas apagando el despertador, te desperezas en ese tu confesionario particular que es tu cama y sacas fuerzas para levantarte y empezar un nuevo día, apenas has empezado a desayunar cuando ya algo te recuerda esa soledad que sentiste la noche anterior, o esa soledad que te provoca recordar lo que pudo ser y no fue, lo que estuvo y dejó de estar, lo que había llenado tus rincones y ahora los vacía. Apenas sin darte cuenta te refugias en esa persona que está a tu lado, dándole un beso y los buenos días a tu madre, ella estará siempre ahí. Y aunque nos queramos engañar a veces con sus abrazos, todos sabemos que ese cariño no es el que te falta, ese hueco que ocupa no es el que necesitas realmente que esté ocupado…Lo bueno de la mañana es que el mundo que te rodea te atrapa y evita en mayor parte que profundices en ti mismo, ahí es dónde nos acostumbramos a huir de los problemas.
Y toda una tarde interminable, en la que te debates entre escabullirte de tus pensamientos mañaneros corriendo hacia la noche o pararte evitando tus pensamientos nocturnos. Sólo tú y tu corazón, perdidos en un mar de incertidumbres, ¿Cuándo? ¿Cómo? Se resolverá esto que me acompaña día y noche. No pasa nada, siempre nos quedará…

Uno de otros días en los que te levantas rebelde y decides cambiar tus hábitos, de repente y sin apenas pensarlo recuerda el qué te pasó el día anterior en esa otra ciudad que andabas visitando y decides jugar tus cartas, claro, piensas que no tienes nada que perder, total si estoy loco sólo lo sabré yo. Y es que se te ha ido la mano rápida e intentas ponerte en contacto con un supuesto ángel que habías visto horas antes. Bendita demencia la mía cuando ves que aunque no te responda sabes que en cierto modo si ha entrado en tu vida. Dicen que la fruta está más buena cuánto más madura, y esta locura maduró un tiempo hasta que empezó a tomar forma.
Unas semanas después, descubres que los ángeles existen, eso o que hay algunas personas especiales que logran asemejarse a ellos. El ángel te deja entrar en su vida, conocerla y pasar a formar poco a poco parte de su vida, eso sí siempre desde la distancia. Hay veces que las cosas por su propio peso cogen velocidad, digamos que la gravedad surge efecto y la cosa se convierte en una especie de enajenación mental en mi cabeza, una locura desmedida que se hace enorme hasta en una cabeza acostumbrada a cosas paranoicas como la mía. Y ese vínculo se estrella a fuertes velocidades, ¿habrá supervivientes?

Tras pasar por la UCI (unidad de cuidados intensivos), los heridos se recuperan y esta vez con el limitador de velocidad retoman sus charlas. Puede que llegues tarde, pero más vale llegar tarde que nunca. Hay supervivientes y cuando la cosa parece ir a paso de tortugas con pies de plomo, cuando menos te lo esperas, vas y sin planearlo con mucha antelación tienes que visitar de nuevo aquella ciudad donde se avistó anteriormente al ángel, seis meses después te encuentras en el mismo lugar, pero no en el mismo punto. Puede que todo eche a andar o no.

Sin comerlo ni beberlo, mientras las luces de navidad se encienden en tu ciudad has viajado casi seis meses atrás en el tiempo hacia esa otra ciudad. Ahora parece que las temperaturas han bajado muy considerablemente durante esas seis horas que pasan desde que la vistes allí parada un segundo sonriéndote a cuando la vuelves a ver, saliendo de aquella puerta y bajando esos escalones. Esas seis horas o seis meses según como queráis verlo han servido para ponerle así color a tú locura y que esta vez puedas y seas capaz de acercarte y decir: “buenas, ¿qué tal?”.

Una noche cualquiera se convierte en una noche totalmente distinta a las que estás acostumbrado a vivir, te da lo sencillo de una sonrisa infinita y entiendes que en lo más simple la felicidad se explica. Estás encontrándole a la historia otro sentido y ves todo lo que puedes cambiar haciendo lo que realmente quieres. En unas horas descubres como esas sábanas enormes que te sobraban por todos lados mientras filosofeabas sobre tu soledad han pasado a ser otras sábanas minúsculas que te hielan sin que te importe lo más mínimo no poder taparte.
Así cuándo levantas una mañana cualquiera totalmente distinta a las que estás acostumbrado a vivir, y la ves allí a tu lado, comprendes porque tu subconsciente te atrapaba cada noche contándote que es lo que echas en falta, y deja fría y al descubierto tu infeliz soledad diciéndote: “Si quieres te dejo un minuto, pensarte mis besos, mi compañía, y mi fuego, que yo espero si tardas, porque creo que te debo y mucho”.

¿Está mal dejarse equivocar?
Continuará… o no.
Alberto Ortiz
4/12/2012