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Hola a todos, bienvenidos a este mi blog! espero poder dedicarle el tiempo necesarios para hacer de este sitio un sitio divertido, entretenido y variado. Para así llegar al mayor público posible y cumplir todas vuestras exigencias y peticiones! Espero que sea de vuestro agrado. Un abrazo.

13 mar 2015

Tú, mi sueño

Hace tiempo que no escribo pero hoy tengo el mejor motivo para volver a hacerlo. Este es proclamar en prosa lo que siento.

Siento que, por fin, mi sueño se ha cumplido y todo por que he encontrado a la mujer de mi vida, mi fantasía, mi realidad, mi princesa, mi Afrodita...

Nena, eres la miel en mis labios, tus ojos serán mi mirada, mi piel será tuya, tu sangre será la mía. Confiaré en ti mi destino por que ya es nuestro. No habrá noche sin que tu seas mi Luna, ni amanecer en el que no seas el Sol que ilumine mi día. Tus palabras escribirán mi Biblia, mis letras nuestro diario y firmaremos la hoja dorada con nuestras manos entrelazadas. Sellando nuestro "Si quiero".

Si el destino nos sembró, el destino será quien nos de el fruto de nuestro amor. Y entonces será todo eterno, sangre y futuro. Nosotros unidos por y para siempre.

TE AMODORO CHIQUI.

                                                Alberto Ortiz
                                                    13/03/2015

10 jun 2014

Luna Roja

Era blanca como la luna nueva, aunque no lo supiera rodeada de estrellas brillaba más que todas ellas. Acompañada siempre de sus hermanos creía saber todo de la vida, para ella no había secretos, pensaba que podía controlarlo todo. Su barrio se le quedaba pequeño, ella se comería el mundo.

Un mal día todo daría un vuelco. Algo en su vida cambiaría para siempre, sus ganas de comerse el mundo se resentirían, los días se harían largos, las noches eternas. Sus recuerdos y añoranzas le consumían por horas, su envidiable vitalidad iba desapareciendo, su único sustento era él. Aquel chico la tenía enamorada, puro amor juvenil, de ese que desde la más inocente ignorancia crees que será para siempre. Pasando por la peor racha que quizás ella sufrirá, él no estuvo a la altura y así, a primeras de cambio, se fue de su vida, dejándola hundida. Hundida en un pozo sin su escalera para salir poco a poco, peldaño a peldaño.

Era ahora como esa luna que está menguante, cada vez se sentía más chiquita, más pequeña ante el mundo, más sola en la oscuridad de la noche. Apenas quedaba rastro de su fuerza y coraje, de sus ganas de vivir y su encantadora sonrisa. Solo ella podría escapar de aquel pozo, solo ella podría resurgir de sus propias cenizas. Todo estaba en ella. Debía guardar las pocas lágrimas que le quedaban para cuando le tocara llorar de felicidad. Sacó fuerzas de dónde no las había. Tiró de su personalidad, de su forma de afrontar el devenir, de su antigua ambición, de sus ganas de arrasar con la vida. Nació de nuevo, ahora era…

Era como la luna creciente, le tocaba crecer de nuevo, aunque lo haría pasito a pasito, con pies de plomo. Ya no tenía esa fe ciega en nadie, no creía en el amor. No se veía corriendo con los ojos vendados como antaño, le tocaba observar con esmero lo que a ella rodeaba, aprender que la vida no es fácil, que te da palos cuando menos te los esperas, que un día puedes estar arriba y que al siguiente segundo puedes vivir en el barro. Que si hoy te caes, mañana te tendrás que levantar, y que cuanto más te caes, más te costará ponerte en pie, así que mejor ir pisando sobre seguro. Con todo esto ella iba tejiéndose una coraza, un escudo para protegerse de todos y de todo. Eso acabaría por alejarla de lo que un día fue. Pero aunque ella no lo quería ver aún se mantenía viva esa llama en su interior, esa llama era sus sueños, sus esperanzas, sus ganas de volver a creer. De volver a creer en ella, en la vida, en el amor.

Y él, la veía. Veía esa llama viva en el interior de ella, la veía a través de sus ojos, la veía reflejada en su pelo rojo. Podría hacerse la dura, negar ser como realmente era, podría protegerse tras su coraza o tras sus palabras, pero él sabía todo lo que ella quería esconder. Sabía incluso lo que ella, quizás, no recordaba de sí misma. Sabía que esa llama sólo necesitaba ser alimentada con miradas profundas, palabras verdaderas y sonrisas sinceras. Él consiguió que terminara de crecer, y lo hizo enseñándola a desaprender. Poco después ella era…

Era como la luna llena. Llena de vida, de ganas, de amor, de fe.


Alberto Ortiz
19/05/2014

31 dic 2013

Fin del 2013

Se nos va otro año, se nos va el 2013, e intentaré que con él se vayan algunos malos momentos mientras me guardo esos otros momentos que me hicieron del 2013 otro buen año.

Para el 2014 sólo pido que sigan conmigo aquellas personas que me ayudan a seguir adelante, aquellos que  me hacen pasar momentos divertidos y aquellos otros que consiguen emocionarme y hacerme vivir momentos emocionantes. Y por qué no dar alguna que otra oportunidad a aquellos que por algún motivo u otro no estuvieron en mi vida durante este 2013, o conseguir si de mi depende otra oportunidad con quien haya cometido algún error, porque al fin y al cabo la vida se vive día a día y del pasado hay que coger sólo aquello que nos sirva para el siguiente día que nos toca vivir, ya sea para aprender o tan solo para recordar con cariño algo que nos saque una linda sonrisa.

No quería entrar en el típico resumen de fin de año, pero es inevitable echar un vistazo atrás y no mencionar cómo un sueño se iba haciendo realidad, cómo mi Málaga me iba dando alegría tras alegría en lo deportivo, cómo nos tuvieron que echar de la máxima competición a nivel de clubes con errores arbitrales porque con motivos futbolísticos no pudieron, imposible no derramar alguna lagrimita cada vez que recuerdo aquel partido en Dormund, pero a estas alturas hay que mirar el lado positivo de las cosas, y que nos quiten lo bailao, lo vivido con mis comepipas en nuestro templo, nuestras celebraciones en el centro de Málaga, nuestras cervecitas en la bodeguita… a todos ellos les deseo lo mejor para el nuevo año y que sigamos abrazándonos cómo mínimo cada 15 días.

No quiero extenderme más y con esto despido un 2013 de encuentros, reencuentros y buenos momentos. Feliz salida y entrada de año a los que os habéis sumado a la aventura de mi vida y a todos aquellos que ya estaban implicados en ella.

Vuestro amigo,

Alberto Ortiz

4 nov 2013

Maldita virtud

Maldita virtud

Sigue siendo raro tener una cualidad que me acompaña desde siempre y que esa cualidad la considere más como un defecto que como una virtud. Esa cualidad no es otra que tener una especie de intuición que te surge en un momento dado sin avisar y te dice que algo va a pasar con total seguridad. Esta cualidad, defecto o virtud, es la que me dio la certeza para saber que volvería y también me dio la solución al problema que se me vendría encima más adelante. Pero entre medios debía suceder algo que sucedió a medias, entre el principio y el desenlace debía haberme dedicado tan sólo a dejarme llevar, aún sabiendo cuál sería nuestro final debía haber aprovechado todo los momentos buenos y ni siquiera percatarme de los malos. Pero no fue así.

Nada ni nadie me va a cambiar. Voy a seguir siendo el mismo, con mis pocas virtudes y mis muchos defectos, mis grandes esperanzas y mis pequeños éxitos. Eso no quiere decir que no haya que pulir ciertas facetas de mi forma de ser para poder ir siendo más y más feliz conforme uno se va haciendo viejo. Y tengo que aprender a disfrutar el momento, a saborear esos pequeños instantes sin pensar en lo que viene después o en lo que hubo antes. El truco debe estar en pensar lo justo y necesario según la situación dada y dejar que todo fluya con una sonrisa en la boca.

Dicen que en cada paso que das en tu vida dejas una huella, una huella que puede diluirse con el paso del tiempo o una huella que se queda grabada para siempre. Cada paso dado de mi vida está ahí y no hay marcha atrás, lo que haces, hecho está y hay que seguir adelante, avanzar por esta vida que no es más que un cruce de caminos con miles de puntos de encuentros, dónde las diferentes vidas se entrelazan.

Sé que muchos no sabréis ese final que yo conocía, otros os haréis una idea, y otros tenéis la mala suerte de saberlo ya, no es un final distinto al que debía suceder aunque puede que sea un final precipitado, ya que ha llegado antes de comprender el porqué nuestros caminos se cruzaron, pero esto es otro tema y quiénes tenemos que llegar a descubrir la respuesta somos nosotros, supongo que cada uno por su lado, o quizás juntos algún día separados por un “trozo de madera”.

Yo, soy un caminante sin camino buscando la senda de mi vida, sin olvidar los pasos dados y pisando más fuerte cuánto más avanzo. No hay más que seguir adelante, si tropiezas con alguna piedra por tu camino es porque alguien la puso ahí para hacerte ver algo, y sólo vale recordar que el secreto de la vida está en que siempre hay que levantarse una vez más de las veces que te has caído.



No sé ni cómo, ni cuándo, ni dónde,
pero si va a ser… será en su momento.
Y será hermoso.

Alberto Ortiz
4/11/2013


Mi débil felicidad

Mi débil felicidad

Voy perdidito y me he encontrado a una princesa, me he encontrado entre sus labios cuando besa, besa, me besa…

Una vez leí que la vida es irónica porque aquella persona que saca lo mejor de ti y te hace más fuerte es tu debilidad. En mi caso esa persona que aún no saca lo mejor de mi pero quizás me esté haciendo más fuerte sin darme cuenta es la que me hace feliz. Son noches, horas, minutos, o tan sólo suspiros de felicidad, pero es por la que merece la pena mirarse al espejo y verse débil ante el mundo.

La vida no se trata de esperar a que la tormenta pase, se trata de aprender a bailar bajo la lluvia, eso es lo que me hace afrontar mi debilidad, y no dejarme llevar sino mirar la situación e intentar disfrutar el momento, esperar a cada segundo a su lado, verla sonreír y regalarme un nuevo cielo. Disfrutar con las cosas de las que algún día me podría enamorar, su caminar, su despertar, su forma de hablar, su mal humor, su pelo, su voz… Y así esperar al instante en el que soltaría el mundo para coger su mano.

Este es mi plan, al menos es el que quiero mantener aunque ¡No sé que hacer! Sólo sé que quiero quedarme aquí. Sólo quiero estar aquí contigo el mayor tiempo que pueda. Estoy intentando descubrir qué hacer, pero no sé. No tengo la menor idea de cómo descubrirlo. Porque necesito que me lo digas.

Soy de los que piensan que no conocemos a las personas por casualidad, todos estamos destinados a cruzarnos en nuestra vida por alguna razón, no tengo la certeza de porqué estamos en el mismo punto de nuestro camino, sólo sé que nos han colocado aquí por algún motivo y pienso caminar a tu lado hasta comprender el porqué y por cuánto tiempo.



No sé ni cómo, ni cuándo, ni dónde,
pero si va a ser… será en su momento.
Y será hermoso.

Alberto Ortiz

31/10/2013

9 sept 2013

El precio de la felicidad

El precio de la felicidad

¿Cuánto vale ser feliz? ¿Tanto cuesta serlo? Quizás la pregunta adecuada sea: ¿Cuánto estás dispuesto a sacrificar para tener esa felicidad que ansias?

Desde el inicio de la humanidad todos se preguntan cuál es el sentido de la vida, yo cada día lo tengo más claro, el sentido de mi vida es caminar hacia la felicidad y llegar a ella lo suficientemente pronto para poder disfrutarla antes de morir. Da igual lo que valga, da igual lo que cueste, sólo debo preocuparme de las cosas que voy a sacrificar para llegar a ella.

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¿Dónde están mis límites de sacrificios?
Primero habría que dejar claro si hay una sola felicidad que es eterna, si la felicidad va en fascículos o, si la felicidad es como una leña que arde, se hace ceniza y se va como el humo sin volver nunca más.

Si nos centramos en el primero y el último de los casos, el sacrificio sería mucho mayor ya que arriesgaríamos todo a una sola carta, por lo que hacer ese sacrificio sería demasiado arriesgado, deberías estar seguro de lo que daría esa felicidad y muy seguro de que es la felicidad por la que estás dispuesto a darlo todo.

Si por el contrario pensamos que la felicidad puede venir en fascículos, ya sean consecutivos de una misma temática o, salteados con un hilo argumental distinto, los sacrificios serían menos arriesgados.

Mi opinión personal es que la felicidad puede venir en cualquiera de las tres maneras, por lo tanto y con el tiempo he aprendido que en esta vida hay que dejarse llevar por las sensaciones, esas sensaciones que te aportan tus sentimientos, esas sensaciones que te hacen volverte loco en mitad de tu más absoluta cordura. En ese mismo instante esas sensaciones te llevarán a sacrificar lo que veas oportuno, y la sensación más oportuna que podrías tener es la de saber que aquello que vas a sacrificar es reversible, que aquello que vas a sacrificar puede acabar por desembocar en otra felicidad similar por la que has arriesgado realizando ese sacrificio.

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Lo bueno, lo bonito, lo especial… es poder mirar a tu alrededor, tener pensamientos externos que te aporten opiniones inversas a las tuyas, sentimientos negativos, y que aún así tus sensaciones te dejen claro que lo que estás haciendo es lo que quieres hacer, que lo que quieres seguir haciendo es lo que TUS sensaciones te piden que hagas, notar que tienes esa tremenda necesidad de seguir adelante explorando nuevas sensaciones y que sigues dispuesto a ir haciendo los sacrificios necesarios para obteniendo esa felicidad, ya sea momentánea o eterna, ya sea por capítulos o en un solo film infinito.

Con el tiempo esas sensaciones que te llevan a la felicidad acabarán demostrándote a ti mismo y a ese exterior que opinaba distinto a ti que llevabas razón, que esa felicidad ya sea perpetua o transitoria te hizo disfrutar, te hace o te hizo vivir la vida durante ese tiempo con el sentido que tiene, que durante ese tiempo que dure la felicidad, ya sea fugaz o inmortal, has estado gastando tu vida disfrutando de ella, porque cómo escuché una vez, antes de morir hay que agotar la vida, y nosotros debemos aprovechar esa vida con felicidad antes de que se nos agote por completo.

Tú pones el precio a tu felicidad pero ten en cuenta que la verdadera felicidad no tiene precio.

Alberto Ortiz

09/09/13

7 sept 2013

Magia cautiva de libres sentimientos

Magia cautiva de libres sentimientos

Pudo ser un día redondo, no lo fue. Fue más bien un día en forma de triangulo inverso, triangular porque no acabó como empezó, e inverso porque terminó apuntando hacia abajo.

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Llevo varios días pensando en volver a escribir, me justificaba para no hacerlo en que no hace mucho empecé un texto que no acabé y hasta que no retomase ese mismo no podría empezar otro. Pues bien aquí estoy, comenzando una nueva entrada a mi blog, esta vez no hay un tema concreto que me empuje a hacerlo aunque si algunos motivos que me traen aquí, el primordial y el que me hace escribir ahora es que tras varios días con alguna que otra idea sobre la que escribir ha llegado el momento más que necesario de plasmar parte de esta bola reliada de sensaciones que están en mi interior después de una semana algo delicada. Para que esta entrada se pueda entender algo mejor he de dejar constancia de la hora a la que empiezo a escribirla y en que condiciones lo hago. Así que hago constar que son las 1:15am y que llevo desde las 14:00h de boleo. Sin más dilación aquí comienza lo que quizás os interese más:

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No hay mayor preso que el que viviendo en libertad se siente cautivo de sus sentimientos, no hay persona más libre que la que se deja guiar por sus sentimientos. Dos formas de ver la vida similares y a la vez tan opuestas, dos maneras de ver el  mundo, dos extremos que se tocan, ni una es la mayor de las mentiras ni la otra es la verdad absoluta, entonces… ¿en qué quedamos?

Cuando te dedicas a vivir la vida e intentar despreocuparte de todo lo demás, cuando tu conciencia no te deja pasar por alto lo que tus actos puedan provocar, cuando crees que avanzas y sólo das pasos para atrás, cuando parece que estás estancado en el pasado y estás escribiendo tu futuro, cuando no sabes lo que hablas pero dices la mayor verdad, cuando crees que proclamas una certeza y ni tú te la creerías, cuando todo cobra sentido pero te niegas a verlo, cuando te empeñas en que todo va a mal y realmente va sobre ruedas, cuando te mueres de sueño y quieres seguir despierto, cuando te duermes y despiertas tus sueños, cuando tu deseo se cumple y no te lo crees… ahí es cuando comprendes que estás cautivo de tu libertad.

Una libertad que te da la opción a elegir y a vivir tu vida, y preso en ella porque tú mismo te prohíbes ver lo que está pasando, y todo porque tanto sentimiento te nubla, puedes estar consiguiendo lo que realmente tus sentimientos te tienen guardado, pero esos mismos sentimientos te hacen cautivo de un ideal, se apodera de tu mente. El más libre es aquel cuál mente tiene mayor condena.

Quizás tantas palabras no hayan servido de nada, quizás no es una reflexión demasiado profunda para llevarla de esta manera, en este estado y a estas horas, pero ahí se queda, soy libre de pensamientos y de sentimientos, soy cautivo de mis sentimientos y del pensamiento libre.

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Magia, a veces me pregunto que podría hacer con magia. Magia para engañarnos, magia para soñar, magia para crear una vida hasta el más allá. Pura magia, magia sin principios, magia con moral, toda magia. Magia que cumpla mis deseos, magia que me baile el agua, magia que me haga feliz, magia que te haga reír. Absoluta MAGIA.

Aún no te tengo magia, y ya dudo de si usarte sería lícito, si usarte sería trampa, y es que en el fondo pienso que no debería haber mayor magia que la que yo pueda fabricar.
Magia para bailar volando, magia para sentarse en las nubes, magia para caminar sobre las estrellas, magia para dormir en la luna, magia para nadar en el universo, magia para mirar y no pensar, mera magia, magia para sonreír y no preocuparse, simplemente magia. ¿Pero que es magia sin mago?

No hay magia sin mago que la cree, mago que haga de la magia un arte, mago que con el arte de la magia haga sueños realidad, mago que muestre su magia demostrando que lo que se necesita en esta vida es un poco de magia, magia para saltar al paraíso, magia para creer que la magia sólo es magia.

Magia es, cómo decía Bécquer “que el alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada”.

MAGIA.
Alberto Ortiz
7/09/2013